Estas son fotos y documentos relacionados con un proyecto de investigación sobre estética, poder y espacios públicos. Iremos añadiendo nuevas imagenes y reflexiones mientras el proyecto se desarrolle.

jueves, 9 de junio de 2011

Inicio de reflexiones teóricas

Recortes de la historia

Introducción
Se puede argumentar que parte de la experiencia estética de una obra de arte gráfica o un escenario ambiental se halla en su capacidad de recortar, enmarcar y transformar  la memoria social
Como dice Félix Vásquez (1) entre otros, la memoria es procesual. No se trata ni del pasado ni del presente, sino de ambos combinados donde recogimos de aquel lo que nos es útil ahora, y luego lo proyectamos hacia el futuro. A veces se trata de la necesidad de “no olvidar” como cuando leímos sobre el Holocausto y los otros acontecimientos demasiado terribles para dejarlos al olvido. Pero también constreñimos la memoria y la elaboramos según nuestros propósitos actuales y formulamos nuevas versiones de la realidad.

Dice Vásquez. “La memoria no es, entonces, una restitución anacrónica del pasado, sino es una reconstrucción del presente realizada y actualizada a través del lenguaje y las prácticas sociales (p. 29). Podemos decir lo mismo cuando aparece en imágenes. A veces, como en las pinturas de Goya (2) o en las fotos del funeral de John F. Kennedy (3) se trata de intentos de conjurar  el olvido o atestiguar algún acontecimiento trascendental en su tiempo.
La parte donde la memoria es más constructiva, tanto por parte del artista/fotógrafo como para nosotros los observadores, tiene que ver con el diseño del cuadro, el enfoque hacia las figuras, la importancia histórica que tienen éstas, su carga emocional, su valor simbólico y las referencias literarias, religiosas, ideológicas, que suscitan.

Figura I
“El tres de mayo de 1808 en Madrid: los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío”, de Goya





Figura II
Foto de la familia Kennedy en el momento que pasa el féretro del finado Presidente Kennedy







En la Figura I, la pintura de Goya, el condenado que los soldados fusilan es individualizado como hombre específico, y nos provoca una fuerte empatía: vemos sus ojos llenos de miedo como si lo estuviéramos viendo personalmente. Ocupa el centro de nuestra atención aunque no el centro del cuadro.  Sus brazos en cruz nos recuerdan al Cristo que también fue sacrificado. El pelotón, sin embargo, es anónimo, casi una máquina de destrucción, recuerda todas las injusticias perpetradas por los autómatas des-humanizados de guerra, pero como acto único de memoria Goya también denuncia una fuerza invasora particular, un ajusticiamiento que ocurrió durante la invasión borbónica a España en el comienzo del Siglo XIX.  
En la Figura II, en el caso de la familia Kennedy en los años 60 del siglo pasado en los Estados Unidos, la figura de referencia no está en la foto: es el féretro del presidente a quien fuerzas ocultas acababan de asesinar. La cara de su viuda se esconde tras velos negros; sólo sus hijos se destacan, y el niño, a instancias de su madre, saluda formalmente a su padre.  Para los que recordamos aquellos días se trata de una afirmación de ternura donde los más vulnerables quedan como baluartes contra un episodio más de la injustica  implacable.
El arte no tiene que referir a un incidente único para afectar a nuestra memoria. Recordamos a Napoleón heroicamente montado en un caballo cuyas crines se alborotan por los vientos de montaña al cruzar los Alpes, o coronándose de emperador. Tenemos estas memorias porque David lo retrató así. No es casual que la identidad de personajes influyentes se perpetúen en óleo o bronce. Las ciudades del mundo están pobladas de estatuas que nos lo recuerdan. Esto ocurre según el imaginario de las épocas en que vivían estos personajes y nos toca a nosotros, los observadores, resignificar estos objetos según nuestra perspectiva histórica, y al mismo tiempo abrirnos la posibilidad de entender los significados originales.

En nuestros tiempos la memoria de nuestros héroes aparece en el arte bajo términos como:  “activismo”, “denuncia” y “compromiso”, y tiende a ser conceptual más que figurativa. Desarrollar.... 


La democracia se construye articulando variadas identidades.Desarollar...

La estética





Referencias:



(1)  Félix Vásquez (2001). La memoria como acción social. Relaciones, significados e imaginario. Barcelona: Paidós
(4) 


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